Cuando se habla de cooperación internacional, hablamos de las relaciones entre distintos actores internacionales para satisfacer intereses mutuos de manera coordinada y solidaria. Esta incluye condicionalidades, es decir, “algo a cambio de ciertas condiciones”, que se vinculan a aspectos económicos, políticos o el respeto de los derechos humanos.
La Carta de Naciones Unidas sostiene que uno de sus propósitos es realizar cooperación internacional para solucionar problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos(as), sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión (Capítulo 1, Art. 1º, apartado 3ª). Dicha Carta, contiene los principios rectores de la cooperación internacional para el desarrollo –CID–, que más tarde tomó un nuevo impulso con la cooperación multilateral fomentada por las agencias especializadas que surgen del seno de las Naciones Unidas.
Dentro de la cooperación internacional existen condicionalidades, es decir, “algo a cambio de ciertas condiciones”, vinculadas a aspectos económicos, políticos o el respeto de los derechos humanos.
La Organización para la Cooperación Internacional y el Desarrollo Económico (OCDE) ofrece un foro permanente de discusión acerca de los problemas internacionales, desafíos y oportunidades. Paralelamente, el Comité de Ayuda al Desarrollo –CAD– se ocupa de los criterios técnicos de la ayuda oficial al desarrollo económico y el bienestar social entre los países desarrollados y en vías de desarrollo y compilar los datos estadísticos respecto de los flujos de capital.
En la década del ‘90, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) planteó seis objetivos como prioridades para canalizar la cooperación de cara al nuevo siglo. A mediados del año 2000, el Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas y la OCDE resolvieron considerarlos en forma conjunta agregando a cada uno de ellos indicadores de seguimiento. En la Cumbre del Milenio de la Asamblea General de Naciones Unidas, se presentaron ocho objetivos para ser alcanzados en el año 2015, los cuales fueron consensuados sin discusión. Hasta ese año, la arquitectura de la cooperación estuvo determinada por los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los cuales guiaron los esfuerzos internacionales y pautaron las políticas públicas nacionales de los países en desarrollo para asegurar algunas condiciones básicas a nivel global.
A lo largo de los quince años establecidos, la comunidad internacional debió replantearse los objetivos propuestos debido, entre otros factores, a los distintos grados de avance en sus diferentes tópicos, a su centralidad en la agenda social y a ser dirigidos casi exclusivamente a los países en desarrollo. Al ser evaluados en el año 2015, se incluyeron nuevos objetivos de mayor alcance que conectan el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente y están dirigidos a todos los países del mundo. A los que llamamos “Objetivos de Desarrollo Sostenible”.